CRÓNICAS DE LIBERTAD
Mis recuerdos están en los parques, las canchas y los amigos de mi pueblo, agua chica cesar; del cual tuve que salir por la fuerza en calidad de desplazado con mi esposa Nubia, y mi hermana Marcela.
Lo que más recuerdo es a mis amigos, especialmente a Jaime Mendoza, un joven, de quien tengo que decir, era un amigo incondicional Y a quien considero como un hermano, pues nos criamos juntos desde niños. Pero las amenazas de los paramilitares pudieron más que nuestra amistad y fue por ello que nos separamos.
En Colombia el desplazamiento forzado ha acabado con los sueños y las aspiraciones de cientos de ciudadanos. Estos sin oportunidades suelen deambular por las principales ciudades del país, convirtiéndose en una problemática nacional y quedando estigmatizados ante la sociedad. Sin embargo quienes a pesar de todas estas dificultades e injusticias de algunos, hay personas que luchan sin importar cuán grande sea el problema y se lanzan en búsqueda del éxito, convirtiéndose en ejemplo para muchos.
Es el caso de óscar bonett Sarabia, un joven, que a pesar de sufrir en carne propia las consecuencias del conflicto en Colombia, tiene un espirito de vencedor y triunfalista, el cual le permite no dar un paso en falso siempre que la vida le presenta retos.
Oscar, de 23 años, nacido en agua chica cesar, tierra de acordeones y genta alegre. Pero también de aquellos que sembraron el pavor en algunas regiones del país, para afianzar el poderío de la muerte a como diera lugar. De lo cual este joven no escapo desterrándolo y expulsándolo a otras tierras, en la cual no tenía familia ni amigos.
Llegó a pamplona, norte de Santander el 22 de diciembre de 2002, donde vivió por seis años y comenzó una nueva vida al lado de su esposa. Allí se desempeño en varios oficios como: ayudante de buseta, vendedor en un almacén de ropa, vendedor de loterías y vendedor de verduras por la calles de la cuidad. Esto le permitió adquirir experiencias en diferentes campos, con lo cual fue avanzando en su nueva vida;
Sin embargo no todo estaba nuevamente en su lugar, aunque había encontrado como ganarse la vida, sabía que había algo que no le dejaba tranquilo; no pudo seguir estudiando, su bachillerato se quedó a medias, no alcanzaba el el dinero para el estudio.
El 26 de junio de 2008, pisó tierras antioqueñas, llegó a la vereda san José del municipio de san Vicente, distante de Medellín a dos horas y a la que se llega por trocha en bus escalera o en motocicletas. Tierra fértil, de hermosos cultivos de frijol, papa, maíz, tomate, arracacha, zanahoria, repollo y otros. Luego a este lugar por medio de un cuñado quien hacia ya algunos años se encontraba radicado en este lugar y quien tiene negocios allí. Oscar no vacilo en quedarse, pues pasó del horror de las amenazas a la tranquilidad y la bondad de las tierras antioqueñas.
Durante estos años de estadía en san José, su vida ha tenido algunos cambios, hoy tienen una hija de dos años y ha podido continuar sus estudios de bachillerato. “Aquí eh aprendido otros oficios, hoy alterno mis estudios, con las labores del campo y otras actividades económicas que me generan algunas utilidades, además lidero un proyecto de limpieza en la vereda, con lo cual pretendemos generar conciencia ambiental en nuestros habitantes” y así proteger el medio especialmente los recursos hídricos de la zona.
De las actividades de campo que realiza sobresalen, la siembra de cultivos de frijol, papa, maíz y tomate, estos los hace en sociedad con el dueño de la tierra, quien se la da en calidad préstamo en el tiempo que dura la cosecha. Además en los tiempos de cosecha del frijol, sirve como recolector del grano, debido a que se necesita un buen número de estos, aprovechando la ocasión donde le pagan el jornal a razón de 18.000 pesos. Pero esto no es todo en la vida de óscar, para ganarse la vida también sirve como recolector de material reciclable, el cual almacena y posteriormente lo vende.
Este material lo tiene allí por lo menos dos meses y luego lo vende en Barbosa, donde se lo pagan a mejor precio, por lo menos mejor que en san Vicente. Los precios de estos materiales varían casi que a diario debido a que ellos se manejan es por medio de la bolsa. Por lo general cada despacho es de 500 a 600 kilogramos, lo que se traduce en dinero de unos 200 a 300 mil pesos, esto incluyendo vidrio, hierro, aluminio y cartón. Hay que resaltar que su esposa Nubia está a su lado ayudándole en sus labores, por ejemplo, le ayuda en la recolección de frijol en tiempo de cosecha y en la siembra de sus pequeños cultivos, para luego dedicarse a las labores del hogar y la cuidado de karol, su niña.
Además de dedicarse a las labores del campo y a la recolección de material reciclable, es manipulador de alimento, oficio que aprendió en pamplona, y el cual le permite ejercer otra actividad económica. Todos los fines de semana vemos a óscar sacar sus ventas en la calle principal del pequeño caserío; vende tamales, pizzas, empanadas, papas rellenas, chorizos y otros, pero lo mas interesante de este joven es que su espíritu emprendedor no ha muerto, óscar volvió a las aulas y en el mes de julio del se gradúa como bachiller y quiere hacer una profesión.
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